
Experimentar dolor en los pechos durante la lactancia
DolorTrata y adelántate al dolor de senos durante la lactancia
Envío gratis desde 49 euros
Solo trabajamos con productos aptos para el embarazo
Si estás embarazada y has notado molestias o dolor en el abdomen, no debes entrar en pánico. Muchas mujeres experimentan este tipo de sensación a lo largo de la gestación. En la mayoría de los casos se trata de un síntoma normal y pasajero, sin embargo, debes estar atenta a los signos de alerta. En este artículo, te ayudamos a entender las causas más comunes del dolor abdominal durante el embarazo, cuándo debes acudir al médico y cómo puedes aliviarlo de forma segura.
En estos primeros meses, es probable que estés sintiendo muchos cambios en tu cuerpo. Algunas de las causas más frecuentes de dolor abdominal durante esta etapa son:
Implantación del embrión: tal vez hayas notado un pequeño cólico en la parte baja del abdomen, parecido al dolor menstrual.
Cambios hormonales: tus hormonas están trabajando intensamente, lo que puede provocar hinchazón y molestias digestivas durante tu embarazo.
Estiramiento del útero: aunque aún es pronto, tu útero ya comienza a crecer y eso puede generar tirantez o presión.
Estreñimiento y gases: ¿te sientes hinchada o con digestión lenta? Es algo muy común en esta etapa, consulta las recomendaciones para los desequilibrios digestivos durante el embarazo.
Embarazo ectópico: si sientes un dolor muy intenso y constante en un solo lado del abdomen, especialmente acompañado de sangrado, acude al médico inmediatamente.
Ya te habrás acostumbrado un poco a los cambios, pero es posible que aparezcan nuevas molestias:
Dolor de ligamentos: si sientes tirones o punzadas al cambiar de postura, puede deberse al estiramiento de los ligamentos del útero durante el embarazo.
Gases e indigestión: debido a la relajación del músculo liso por la progesterona se pueden producir indigestiones por el enlentecimiento del aparato digestivo.
Movimiento fetal: ¡Tu bebé ya se mueve! Aunque es emocionante, puede generar algo de presión abdominal.
Contracciones de Braxton Hicks: si sientes que tu barriga se pone dura de vez en cuando, no te alarmes, es una preparación natural para el parto.
Estás en la recta final y eso conlleva nuevas sensaciones:
Peso del bebé y postura: puede que sientas presión en la parte baja del abdomen o te cueste encontrar una posición cómoda.
Contracciones de Braxton Hicks más frecuentes: si ya las habías notado, es posible que ahora se vuelvan más intensas o frecuentes.
Inicio del trabajo de parto: si las contracciones son regulares, dolorosas y no ceden con el descanso, podría ser el momento de acudir al hospital.
Desprendimiento de placenta: aunque poco frecuente, si aparece un dolor abdominal intenso y repentino, acompañado de sangrado, acude al servicio de urgencias.
Puntadas al moverte o al estornudar.
Presión abdominal pasajera.
Hinchazón o molestias digestivas.
Dolor muy fuerte o constante.
Sangrado vaginal.
Fiebre.
Mareo, náuseas intensas o dificultad para respirar.
Pérdida de líquido por la vagina.
Contracciones regulares antes de la semana 37 de embarazo.
Si sientes alguno de estos síntomas, no dudes en contactar con tu matrona o ginecóloga.
Gases y digestiones lentas: si notas que tu abdomen se hincha tras las comidas, puede ser por el ritmo más lento del sistema digestivo.
Estreñimiento: si vas menos al baño o sientes pesadez, es una causa habitual de molestia abdominal.
Relaciones sexuales: ¿Has tenido molestias tras el sexo? Es normal sentir una ligera incomodidad, pero si hay dolor fuerte o sangrado, puedes consultar con nuestra ginecóloga.
Estrés y ansiedad: tu estado emocional también influye en tu cuerpo. Si estás pasando por momentos de nerviosismo, es posible que se refleje en forma de molestias abdominales.
Aquí tienes algunas recomendaciones que pueden ayudarte a sentirte mejor:
Bebe suficiente agua a lo largo del día.
Evita comidas muy grandes o pesadas.
Da paseos para mejorar la digestión y circulación.
Prueba con ejercicios específicos para embarazadas o yoga prenatal.
Usa una bolsa de calor si notas tirantez o molestias.
Acuéstate de lado, preferiblemente sobre el izquierdo.
Nunca tomes medicamentos sin consultar antes con un especialista.